¿Y ahora qué?

 

No lo sabemos. Aventurar qué va a ocurrir en el Club Deportivo Castellón en los próximos meses es un ejercicio de funambulismo porque este drama nuestro tiene más giros de guión que Juego de Tronos. Nadie esperaba que Osuna y Blasco acabaran dejando caer su empresa a Tercera teniendo dinero. Nadie esperaba que Pastor y Montón, los fontaneros de Fabra, acabaran echando mano de Miralles y Fernando Gómez tras la chapuza de la (re)Fundación. Nadie esperaba que Miralles acabara huyendo en su coche nuevo para que el amigo de Blasco se colara por arte de magia en las oficinas. Nadie esperaba que Cruz y García acabaran apareciendo sobre la bocina, ni que su mandato se prolongara hasta los dos años que va a cumplir. Nadie esperaba que unos sentimentales que se habían conocido en el foro de pampamorellut.com acabaran colocando a Castellnou 2005 S.L. entre la espada de la justicia y la pared de la cárcel. Nadie esperaba que un equipo de playoff respaldado por 4.000 socios y 800.000 euros de presupuesto acabara sufriendo como un perro para no bajar a Preferente cuando aspiraba a ser campeón. Nadie sabe cómo y cuándo acabará esta historia. Ni la pitonisa de Laparra

Si el Castellón siguiera siendo un club de socios, dudo que hubieran votado a un agente FIFA madrileño que venía a construir pisos de VPO sobre el suelo rústico del Castell Vell en 2005. Si el Castellón no fuera una Sociedad Anónima Deportiva (SAD), seguro que mañana habría elecciones. Ningún presidente saldría vivo tras una campaña tan desastrosa. Cruz no tendría donde agarrarse porque sus múltiples errores han socavado su credibilidad y sus formas, impropias de su cargo, han minado su futuro de enemigos y espantado a supuestos aliados. Las pañoladas hubieran provocado su marcha y habría candidatos con posibilidades de sentarse en su poltrona. Desgraciadamente, desde 1992 nuestro fútbol está reglado por el derecho mercantil. Las juntas directivas fueron sustituidas por consejos de administración. Los títulos de acciones suplieron a los votos de los socios, quienes pasaron de propietarios a simples clientes de un negocio que los maltrata, sin pintar nada en la gestión por mucho que Osuna tuviera la desfachatez de incluir a la afición en el reparto de culpa de este apocalipsis que inició en junio de 2009. Es él, y no nosotros, el imputado administrador de hecho que tomaba decisiones y que anda por el juzgado intentando vender mantas que su señoría no le compra. La democracia tampoco es infalible pero la responsabilidad, tanto del éxito como del fracaso, está repartida. En el  fútbol moderno de las SAD, la tropa de grada somos más tropa que nunca. Más de dos décadas después, aficionados y prensa siguen exigiendo dimisiones de propietarios y los propietarios culpando a prensa y aficionados cuando estallan las crisis. Así nos va. 

Sentimiento Albinegro pelea con otros en FASFE por cambiar las reglas del juego pero, mientras,  Cruz está blindado contra portadas y tuits por la Ley de Sociedades de Capital al igual que lo estuvieron sus imputados predecesores. Son otros los frentes que el presidente y/o sus consejeros García y Coloma tienen que atender en los próximos cuatro meses sin fútbol que nos esperan. Primero, la gestión deportiva. Su gran pifia. En su acierto está la clave porque el plan es ganar. Ganar para limpiar la mierda tragada este año. Ganar para avivar el albinegrismo latente. Ganar para sobrevivir. El temor es que no se atisba ni un ápice de autocrítica sobre la que corregir la malesa de los que presumían ser gente de fútbol. Segundo, la batalla judicial por la propiedad del club contra Osuna, quien no piensa soltar la presa hasta cobrar (de quien sea) los plazos del millón y pico de euros que reclama por su rescate. Tercero por más lejano, la aprobación en junta de acreedores del plan de viabilidad para la supervivencia de esta nonagenaria institución. Los tres asuntos comparten la misma disyuntiva: insert coin or game over. No hay más. En los tres, sin dinero y con poco más del 1% de acciones, somos cuchara: ni cortamos ni pinchamos. Reclamando Justicia para el CD Castellón, vamos a cuchillo. 

Así que solo nos queda esperar y analizar los acontecimientos hasta la apertura de la campaña de socios, donde volveremos a pagar por nuestro carnet y el de ese familiar que ya no va a Castalia pero a quien le guardamos sitio por si cambia el viento y prende la brasa. En el fondo ya se canta desde hace tiempo: “Pasa el tiempo, pasa la gente, jugadores y dirigentes, y nosotros, siempre presentes, te animamos hasta la muerte”. Eso sí lo sabemos. Eso es verdad. Pasa de todo y aquí seguimos. Vivos y resistiendo.

Emilio Álvaro, vocal de Sentimiento Albinegro.